jueves, 13 de febrero de 2014

CAMINOS AL INCONSCIENTE

Desde los tiempos de los meditadores hinduístas está claro que la mente del hombre es mucho más que su superficie consciente . Los textos sagrados hinduístas hacen un viaje introspectivo a la psique humana , a veces a sus aspectos más fantásticos y religiosos , pero también a las divisiones en cuanto a su estructura . El hinduismo crea una rica mitología , pero también organiza –a menudo con excesiva minuciosidad para nuestra simplista perspectiva occidental- las distintas instancias , las diferentes habitaciones que componen esa entelequia abstracta que es la mente , pero sin la cual no es posible entender cuestiones importantes para el conocimiento humano .

Aunque los griegos acuñaron el término , viven con cierta confusión , sin llegar a aclarar , a pesar de su innegable agudeza , tanto otros asuntos como los referidos a la psique .

Es el inquieto racionalista descartes el que a pesar de cometer algunos errores en su aproximación gruesa distingue entre res cogita y res extensa , creando la primera delimitación fundamentada entre mente y materia , sentado las bases de una desdeñada concepción dualista , pero que tan buenos resultados ha dado para la compresión del mundo . El genial psicólogo descartes adelanta ulteriores separaciones dentro de la res cogita al demarcar así mismo entre función racional y emociones . Al final , el conocimiento sobre la materia lleva al hombre a la paradoja , o al menos a cuestionarse la entidad de lo metafísico . La materia es un misterio , una muñeca rusa con incalculables cajas . De manera radicalmente racional , y desde una perspectiva materialista nueva cabe suponer que todo es materia . La res cogitans , la mente , no es más que una forma diferente de materia –o energía- y la separación dualista mente-materia no queda superada , pero sí al menos suavizada .

Freud , desde un trabajo psicológico puro y no filosófico , culmina la estructuración abstracta de la mente en consciente e inconsciente . En realidad es jung quien simplifica la previa división de freud entre Yo , Ello y Superyo ; concluyendo que la distinción fundamental es entre consciencia e inconsciente . La consciencia es pequeña , apenas la luz del momento , como diría william james el encadenado de los acontecimientos , mientras que el inconsciente es grande y misterioso . El inconsciente se compone de las emociones , de las ideas , de las intuiciones , el inconsciente es memoria del pasado y anticipación del futuro , pero también es conexión colectiva profunda .

El inconsciente es grande , primitivo , potente , es a la vez infantil y sabio . El inconsciente atesora nuestros recuerdos , filtra la información de entrada y ofrece una selección de acontecimientos internos y externos a la consciencia . El inconsciente es mentalmente el animal que nos constituye y la consciencia es como un grano que le sale y le fuerza a contrariar sus pautas y a centrarse en determinados aspectos de los acontecimientos . Del equilibrio entre consciencia e inconsciente depende en gran medida nuestro bienestar psicológico .

Podemos concluir que el inconsciente sabe mucho y sin embargo nosotros , la consciencia , sabemos poco , pues esta es la condición en la que se ha dado la evolución .  No es posible romper los instintos sin crear una nueva superestructura –consciencia-, lo mismo que no es posible abarcar de un modo penetrante muchos asuntos a la vez . Con la consciencia nos apartamos de nuestra condición animal y a la vez perdemos la sabiduría que ella implica . ¿Cómo podemos pues acceder a algo más de todo ese conocimiento que el inconsciente alberga ? El propio inconsciente se encarga y nuestra consciencia busca esos contenidos que se expresan por medio de ideas , de intuiciones , de emociones . Aún es poco lo que nos llega y el poder de la consciencia en el inconsciente se queda pequeño . El inconsciente no se deja manejar, la barrera que separa nuestro mundo del suyo es demasiado grande , ¡ y más vale así para que no nos asalte la locura ! , pero necesitamos saber más , tener algo más de lo que el inconsciente tiene . El psicoanálisis nos recomienda la interpretación de los sueños . Es este un buen camino , a través del fenómeno onírico podemos descifrar el lenguaje arcaico del inconsciente , descubrir lo que nuestra mente piensa . Podemos clasificar los distintos tipos de sueños y utilizar las diferentes técnicas de interpretación . Cuando avanzamos en este trabajo descubrimos no sólo la complejidad y la cantidad de conocimientos implicados sino el carácter paradójico , a veces bromista del inconsciente ; el inconsciente nos dice cosas , pero no resuelve nuestros problemas , a veces inclusive nos da más acertijos sobre los que meditar . No quiere esto decir que el psicoanálisis no sea útil , pero a menudo no nos sirve de la manera que nosotros quisiéramos y hasta esta perspectiva del inconsciente nos empieza a cansar porque descubrimos lo pequeños que somos dentro de nosotros mismos , como el inconsciente que debería estar de nuestro lado sigue sus propias extrañas razones . Y lo último que nos conviene es enfadarnos con nuestro inconsciente , como el dios que aunque ajeno y caprichoso nos inspira y alimenta .

Algunos para llegar al inconsciente postulan la interpretación por el método asociativo de cualquier contenido que por ser expresión propia o salirse de la norma sea susceptible de ser analizado simbólicamente . Hay técnicas proyectivas , en las que se puede mirar manchas y decir lo que se ve , o por el contrario hacer dibujos y después interpretar que conflicto subyacente se ha estado reflejando . Cualquier creación no demasiado dirigida es susceptible de interpretación psicoanalítica . 

El último modo de llegar al inconsciente es por medio de las mancias . A través de un hecho aleatorio , como por ejemplo una barajada de cartas , el inconsciente con su enorme capacidad de cálculo puede expresarse . Los métodos adivinatorios pueden implicar un sistema de conocimiento previo que sirva de referencia , como por ejemplo los arcanos del tarot , y después un método aleatorio que permita entrar en juego al inconsciente –como la barajada de cartas- . Estas técnicas o métodos indagatorios respecto al inconsciente pueden verse completados o constituirse a partir de facultades o técnicas mentales como la intuición , las visiones o las alucinaciones . El problema de las alucinaciones o las visiones como método exploratorio es que además de suponer un riesgo e implicar un estado de trance o técnica mental para activarlas requieren conocimiento sobre el lenguaje simbólico del inconsciente . Las limitaciones de un método como el tarot consisten no sólo en la interpretación sino en que esta se hace sobre un lenguaje previamente establecido . Unos y otros métodos adivinatorios pueden prestarnos un gran servicio , aunque con ninguno de ellos nos libramos del problema de base de necesitarse un inconsciente dispuesto a colaborar .

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